
Hacer del sol la fuente de energía más utilizada del mundo es quizá una aspiración ambiciosa pero es probablemente la más acertada. Y es que, cada año, la industria fotovoltaica da muchos pasos adelante, haciendo que esta tecnología sea cada vez más madura y diversificada.
De hecho, en Europa se prevé un gran despliegue de instalaciones fotovoltaicas para los próximos años. Y es que la electricidad fotovoltaica es la tecnología de energías renovables con mayor margen de reducción de costes y aumento de la eficiencia. De esta forma, se espera que contribuya de forma significativa a la consecución de los objetivos de la UE para conseguir cero emisiones de carbono para 2050.
Una situación que también se está dando en países como Italia. Esto trae como resultado el surgimiento de varias vías de desarrollo que incluyen, por un lado, una tendencia hacia la integración de la energía solar fotovoltaica en edificios (BIPV) cada vez más elevada y, por otro, una carrera hacia plantas a gran escala que puedan satisfacer un porcentaje cada vez mayor de la demanda mundial.
Una tarea que no es sencilla teniendo en cuenta que la mayoría de países están aún haciendo un gran uso de una energía que no es renovable. Sin embargo, se calcula que cerca del 83% de los hogares en Europa podrían instalar placas solares fotovoltaicas en sus tejados para hacer frente a su propio autoconsumo eléctrico.
En el sector BIPV, Gruppo STG puede presumir de numerosos estudios de casos de integración fotovoltaica en condicionantes paisajísticos y culturales. Esta empresa italiana está especializada en el diseño y la producción de soluciones fotovoltaicas, que se inspira en los principios del desarrollo sostenible y en el estudio y la aplicación de tecnologías innovadoras.
De hecho, aspiran a soluciones cada vez más novedosas en este ámbito, como demuestra su última instalación en la isla de Certosa, en Venecia, donde han conseguido superar limitaciones muy estrictas. Hay que saber que combinar la innovación fotovoltaica con la protección del patrimonio artístico o cultural de una ciudad ya no es imposible.
El perfecto ejemplo de integración en Isla Certosa

El ejemplo de Isla Certosa es paradigmático. Se trata de una programa de rehabilitación y recuperación en una de las islas de Venecia. Allí, Gruppo STG a través de sus divisiones Solmonte y EnergyGlass, se centró no sólo en la búsqueda, instalación y diseño de soluciones de integración de la energía solar fotovoltaica en edificios, sino también de LIPV (Landscape Integrated Photovoltaic), es decir aquella integración en el paisaje natural, prestando especial atención al contexto en el que se instalan.
Este proyecto le valió al Gruppo STG el Premio Especial de Arquitectura Solar en Contextos Valiosos 2020, convocado por In/Arch. En esta localización hemos construido tres sistemas fotovoltaicos integrados en el tejado, convirtiendo más de 1.110 metros cuadrados de superficies opacas en cubiertas activas mediante el sistema BiPV con tejas fotovoltaicas de colores.
En este caso, el color ofrecía un efecto cromático similar al de la terracota. De esta manera consiguieron obtener una recuperación de los tonos bien expuestos en completa consonancia cromática con los otros tonos, los edificios circundantes y el resto de la laguna. Así pues, el conjunto de la construcción responde perfectamente a la necesidad de garantizar la continuidad estética y la perfecta integración arquitectónica.
Paneles solares en diversos elementos arquitectónicos
La intención del cambio hacia energías renovables ha anidado y es imparable. De hecho, esta nueva concepción de la producción de la energía también se extiende a los hogares o incluso a los puntos de recarga para vehículos eléctricos.
En el centro de nuestra filosofía corporativa está la innovación y la integración de la fotovoltaica en todos los contextos en los que se inserta. En este sentido, nos proyectamos hacia múltiples soluciones en las que la recarga de vehículos eléctricos se combina con sistemas fotovoltaicos que resultan estéticamente armoniosos con el paisaje circundante.
Por ejemplo, estamos trabajando en un banco fotovoltaico combinado con una marquesina fotovoltaica que crea una isla para la carga de vehículos eléctricos en zonas urbanas, sin sacrificar la estética ni la integración.
¿Cómo resolver la carga del vehículo eléctrico?
De momento, la tecnología fotovoltaica todavía no es capaz de satisfacer plenamente las necesidades de carga eléctrica de un aparcamiento convencional o de un tejado residencial. Por ello, debemos intentar mejorar el diálogo entre el consumo y la producción de energía instantánea para maximizar el beneficio de la fotovoltaica mediante el uso de un almacenamiento eléctrico sabiamente dimensionado.
Para Gruppo STG, ésta sigue siendo la clave para satisfacer las necesidades inmediatas de energía para la recarga de los coches eléctricos. Porque justamente en este punto radica la mayor dificultad de esta labor que es la de encontrar la combinación ideal entre la producción fotovoltaica y las necesidades de carga eléctrica en términos de espacio físico y tiempo.
Por eso, actualmente está trabajando en desarrollar un modelo de aparcamiento modular más asequible. Esto es porque no solo le da importancia a la integración en el paisaje sino también a la asequibilidad del producto. Esta es una cuestión clave, porque si se pretende aumentar la penetración de las instalaciones fotovoltaicas en una zona concreta, hay que tener en cuenta la capacidad económica del usuario final.
Un proyecto de aparcamiento modular que se inscribe en un contexto puramente urbano o residencial. Sin embargo, podría extrapolarse a otros entornos. Por eso, al mismo tiempo, se están desarrollando soluciones más concentradas estructuralmente para la recarga de bicicletas eléctricas, en contextos urbanos pero también en aquellos más alejados, como pueden ser los parques de montaña.
Las regiones italianas más avanzadas en este aspecto son Lombardía, Véneto, Lacio y Toscana. Sin embargo, la distribución de instalaciones fotovoltaicas asociadas a la movilidad sostenible, está bien distribuida por toda Italia gracias a los incentivos ligados al Superbonus del 110%.
Reciclaje de materiales: un reto ambicioso

Después del reto de desarrollo tecnológico que supone crear paneles solares más eficientes y de mayor potencia la problemática más ardua a la que se enfrenta esta industria es el reciclaje. Como puede ocurrir con las baterías de los vehículos eléctricos, el reciclaje de los paneles es fundamental para conseguir una industria fotovoltaica sana.
En lo que respecta al Gruppo STG, son muy sensibles al tema de la recuperación y la sostenibilidad de sus módulos. Para ello, se está poniendo en marcha un proyecto de investigación para utilizar vidrio sin antimonio que, en el momento de la eliminación, permite recuperar totalmente el vidrio, una parte del módulo que hasta ahora no se podía reciclar. La Agencia Internacional de Energías Renovables prevé que a principios de la década de 2030 se produzcan grandes cantidades de residuos anuales, que podrían ascender a 78 millones de toneladas en el año 2050.
Y es que el reciclaje de las materias primas empleadas en todo el proceso de producción de energía permitiría englobar esta actividad dentro de la economía circular y, con ello, asegurar un flujo constante y sostenible de actividad.