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Punto de carga vehículos eléctricos
Señal punto de carga de vehículos eléctricos en Pixabay

La red de puntos de recarga eléctrica en Europa dista mucho de ser la deseable a estas alturas del partido. En 2019, la Unión Europea se comprometía con sus ciudadanos a transformar su economía para 2050 en una climáticamente neutra. Para ello debe reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte en un 90% con respecto a los valores de 1990.

Este compromiso se materializaba en el llamado Pacto Verde (Green Deal) que estimaba que para 2025 habría 13 millones de vehículos cero y bajas emisiones circulando por las carreteras europeas y más de 30 millones de vehículos cero emisiones al llegar 2030. Pero es que para poder cubrir las necesidades de carga de toda esta cantidad de vehículos eléctricos y electrificados en estos plazos que se exponen haría falta muchos puntos de recarga eléctrica distribuidos por las carreteras europeas.

Fuente: Parlamento Europeo y el Pacto Verde

Y es aquí donde todavía no hemos llegado. Para cubrir esta demanda serían necesarios 150.000 puntos nuevos cada año. Eso sin contar con el escollo que aún no se ha resuelto de que estos nuevos puntos debían ofrecer un sistema de pago armonizado, también conocido como interoperabilidad

Un vasto territorio y muchas trabas legislativas

Como empresa que está trabajando duro por la consecución de estos objetivos en A2A E-Mobility promovemos el crecimiento sostenible de nuestro país (Italia) comprometiéndonos a guiar su transición ecológica. En este sentido, estamos revisando nuestro plan al alza para ser uno de los principales actores del mercado en 2030 porque, de momento, hay algo menos de mil puntos de recarga en terrenos públicos y en terrenos privados con acceso público.

Sin embargo, conviene señalar que no basta con fomentar la instalación de puntos de recarga, también hay que asegurarse de que éstos se gestionan de manera eficiente. Por eso, llevamos más de 10 años trabajando en el ámbito de la e-movilidad. 

Empezamos por el territorio de referencia de la empresa, en Lombardía (Italia), concentrándose en la mejora de los procesos y en la gestión de las relaciones con las autoridades públicas.

Sin embargo, a falta de un cuerpo legislativo de referencia, hemos tenido que lidiar con procedimientos de autorización más complejos. Con el tiempo hemos visto una lenta pero progresiva homogeneización de los procedimientos, y esperamos que se consoliden en un futuro próximo. 

Por otro lado, las prácticas para gestionar el proceso son cada vez más claras, gracias a que el legislador intenta apoyar cada vez más a las Administraciones Públicas definiendo normativas destinadas a apoyarlas en la implantación de infraestructuras de tarificación. Sin embargo, otro problema que hay que enfrentar es la formación del personal, que a menudo desconoce los procedimientos y carece de herramientas para informarse. 

Retos para la implantación de una red de recarga europea

Fruto de este esfuerzo que estamos haciendo ha sido el acuerdo conseguido con Enel, por el que los clientes de ambas empresas podrán hacer uso del servicio de más de 15.000 puntos de recarga repartidos por todo el país. 

Por otro lado, se trabaja también para que el suministro de electricidad a esos puntos sea de origen renovable como parte de la estrategia de desarrollo sostenible. Así pues, establecemos fuertes compromisos para garantizar que toda la infraestructura de recarga de acceso público de su red se alimente de energía producida por fuentes 100% renovables. Nuestro proceso sigue las garantías de origen (GO), que es una certificación emitida por el GSE (gestor de servicios energéticos) que certifica que la energía renovable concreta se produce a partir de fuentes renovables y procede de plantas cualificadas (IGO). 

En esta línea, existe una creciente concienciación en Europa sobre la metodología de producción y las materias primas utilizadas para crear las columnas de carga o baterías. Por eso, nuestro plan industrial prevé 16 000 millones de inversión dedicados a fomentar la economía circular y la transición energética.

Y es que la cuestión de las pilas debe abordarse a nivel nacional mediante la definición de un plan estratégico compartido. Europa, sin embargo, da indicaciones precisas sobre el reciclaje y la eliminación de las pilas y nosotros, como A2A, creemos que entre el reciclaje de las materias primas (níquel, cobalto, etc.) y los numerosos usos en la segunda vida, las pilas pueden ser utilizadas como un verdadero modelo de economía circular.  

 

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El riesgo de una implantación del VE demasiado lenta

Muchas empresas dedicadas a la instalación de puntos de recarga eléctrica obtienen un retorno de la inversión demasiado largo dada la aún incipiente implantación del vehículo eléctrico. Este retorno se sitúa en teoría cercano a los ocho años, sin embargo muchos llegan a alcanzar los 12. Algo que puede incrementar la posibilidad de que esto repercuta sobre los precios del kW/h aplicados al consumidor final. 

Así pues, lo más probable es que las subidas de las tarifas por kW/h aumenten por el incremento del coste de la materia prima, que es precisamente lo que está ocurriendo en estos meses. 

Como A2A creemos en las ventajas del uso de los coches eléctricos, por lo que gracias a nuestra capacidad para mitigar los efectos cíclicos de las materias primas, proporcionaremos un perfil de continuidad para los servicios que tienen como base el suministro de electricidad.

Una opción que estamos desarrollando contempla una estrategia basada en datos para apoyar nuestras decisiones estratégicas teniendo en cuenta las necesidades de los usuarios, eligiendo la infraestructura más adecuada para los diferentes contextos, tanto urbano, como interurbano, eligiendo las mejores ubicaciones posibles. También a través de un seguimiento de los incentivos nacionales y europeos que sin duda pueden apoyar el crecimiento de las empresas. 

Transporte electrificado, público y privado

Todas estas medidas de implantación de una red de recarga pública se encuadran no sólo dentro de las políticas de desarrollo del transporte privado sino también para el transporte público. 

Y es que la electrificación de la movilidad también se aplica a otros modos de transporte urbano. Por un lado, la micromovilidad ya es eléctrica y el transporte público de cercanías se orienta progresivamente hacia la electrificación, también impulsada por los incentivos gubernamentales.

Este es un sector estratégico para nosotros y estamos trabajando para construir modelos de negocio sostenibles con socios estratégicos. Porque este es un sector que está creciendo con fuerza y se está consolidando. 

Esto significa que los operadores se expandirán trabajando en un desarrollo nacional progresivo, que podría extenderse a toda Europa en el futuro, siempre estrechamente vinculado a las estrategias globales del automóvil.